La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y las cámaras patronales no lograron un acuerdo de incremento salarial en el marco de la paritaria 2015, por lo que el Ministerio de Trabajo fijó una nueva reunión para el lunes. El sindicato tenía mandato para un paro de 36 horas si hasta hoy no había avances, pero la medida luce desactivada por el momento.
El propio ministro de Trabajo, Carlos Tomada, intervino en la discusión a fin de que las partes reconsideren sus posiciones.
La negociación está trabada en el piso salarial que reclaman los metalúrgicos a cambio de aceptar un aumento del 30% en dos cuotas de 15.
Otra diferencia es que el gremio plantea el primer tramo de 15% desde abril y el segundo 15% desde julio. Los empresarios plantean que el segundo tramo se haga efectivo a partir de septiembre.
Antonio Caló, el secretario general de la UOM y la CGT oficialista, actúa bajo una enorme presión. A la tensión natural con la patronal metalúrgica, se suma el ingreso en una nueva fase de su relación con el Gobierno, en el marco a su vez de los amagues para reunificar a las CGT, lo que implica una reconsideración de la relación con los gremios anti K.
Pero la mayor presión la sufre dentro de sus propio gremio “las bases están de un humor muy especial”, entre otras cosas por el impacto del impuesto a las ganancias en los sueldos y por el desgaste de algunos acuerdos en los que el incremento corrió demasiado parejo o fue superado por la inflación.
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